HUMEDAD

Justo aquel amanecer tenía un color distinto. No se cuál, no recuerdo exactamente la diferencia, pero recuerdo que era diferente, como un presagio. Un amanecer anunciando algo que sucedería.
Nunca he creído mucho en esoterismos, así que cuando paré por un café antes de llegar a la oficina no vi nada extraño. Simplemente una mujer delante de mí pidiendo exactamente lo mismo que pediría yo. Extraño. Dado que la mezcla de palabras en italiano que yo utilizo para pedir mi café siempre me ha parecido un tanto peculiar. Más curioso fue darme cuenta que llevaba los mismos zapatos que yo. Cuando en la caja, justo antes de pagar le preguntaron su nombre, respondió Annette. ¡Se llamaba como yo! Las casualidades llegaron hasta el límite de lo comprensible, mi nombre no era el más común en aquel país. Los zapatos. El café. Los lentes de sol. De no haber sido porque su ropa era completamente distinta a la que yo llevaba puesta, hubiese pensado que me había vuelto loca. En ese momento solo pensaba que era un sueño. Llegó mi turno, pedí mi café con algunas variaciones, y justo antes de decir mi nombre, el cajero me preguntó: Annette, ¿verdad? Pagué, tomé mi café y salí casi corriendo del lugar. No quería tener más revelaciones supernaturales. Había sido demasiado. Justo en el pasillo hacia la salida, mis ojos hicieron contacto con los de Annette. Nunca había visto a una mujer más hermosa o más sensual. Me desconcentré un poco de mi meta definida de salir del lugar. Y justo cuando titubeaba, se acercó a mí.
El tema con el que me abordó era obvio: las múltiples coincidencias entre nosotras. Magia, brujería o simple encanto. Llamé a la oficina para avisar que no llegaría. Era una mujer tan interesante, un personaje tan especial: hechizante. Me hablaba de su carrera de pintora, de la sensualidad del arte, me hablaba de lo que significaba para ella un cuerpo desnudo, la desnudez de la mujer. Era tan similar a mí en tantos aspectos y a la vez tan diferente.
Su estudio estaba cerca y me invitó a conocerlo. Acepté, caminamos juntas, la escuchaba interesada, reíamos. Me di cuenta que estaba fuera de mí, enajenada. Nunca había sentido una atracción así por una mujer. Todavía no eran siquiera las nueve de la mañana. Llegamos a su estudio. Un lugar espectacular. Abrió una botella de vino y nos sentamos a seguir con nuestra charla.
En ningún momento me pareció que estuviera intentando acercarse a mí de manera sexual. Pero yo no era una niña y entendía que todas las mecánicas apuntaban hacia sexo y que yo estaba siendo parte de ellas. De pronto, en medio de mis deliberaciones, ella sacó un lienzo nuevo, lo instaló en un caballete justo frente al sillón en el que yo estaba. Quítate la ropa, me ordenó. Suave pero tajantemente. Sin pensarlo hice caso. Y ella comenzó a trazarme en su lienzo, narrando aquello que veía en mi cuerpo. Decía que al dibujarme acariciaba mi pecho, que mis pezones eran perfectos.
La textura de tu piel. Siéntela como la voy sintiendo yo al admirarla. Siéntela y siénteme, a través de la distancia, te acaricio, voy pasando mis manos rozando apenas todo tu cuerpo. ¿Lo sientes? Sientes estos dedos detenerse en tu ombligo, buscar un oasis entre tus piernas, ¿lo sientes? Te recorro con la boca, con los dedos, te recorro toda. Completa. No me falta nada, el color y la luz hacen que crezcas. Llenas la habitación y te respiro. Entras a mi cuerpo y me excitas. Me acaricias por dentro. Me tocas. Despiertas mi humedad. Yo sé que estás mojada, lo veo en tu cara. Lo veo a través de lo que quieres esconder. Sé libre. Quiero pintarte en medio de un orgasmo, ¡grita! ¡Grítame! ¡Tócate!
Ella pintaba desesperadamente, de pronto acariciaba sus pechos por debajo de la ropa. Pero nunca dejaba el lienzo. Ni por un instante. Veía su cara de placer. Me excitaba verla, me excitaba escucharla. Mis manos no pudieron contenerse y se hundieron de pronto en mi humedad. Me di cuenta de mi propio sudor, de lo caliente que estaba. Contuve la respiración un instante antes del orgasmo. Y al soltar el aire con un gemido. Ella fue quien gritó, como si hubiera adivinado todo. Gritó, gritamos. Ella pintó ese orgasmo, estoy segura que pudo captar el aura de cada instante. Estoy segura que pudo pintar el aire que liberaba mi aliento, el fuego que juntaba uno con otro. Se acercó a mí, ella también sin ropa ya. Me besó. Un beso tierno, prolongado.
Y de pronto suenan golpes en la puerta. La voz de un hombre, una voz conocida: mi marido. Annette, ¿todo bien?
Desnuda, en mi baño, volví a perderme en el espejo. El color del amanecer unos minutos antes lo había dicho todo. Sería un día distinto.

91 comentarios en “HUMEDAD

  1. ¡Bellísimo! lindo encuentro de instantes con la luna y la proximidad de los amantes. Nada como viajar al centro de uno mismo, y atravesar el papel (o la pantalla) con un suspiro.Felicidades, eres grande.
    P.D. Algo hay de «Las alas del deseo».

  2. demasiado bello….es la descripción de la voluptuosidad, de un momento que permenece eterno en el alma y en la mente…WOW. Detallas sensaciones que son plurales de una forma muy propia, das vida a las palabras y creas imagenes mentales con una realidad impresionante: no tengo más palabras…my congrats!

  3. En verdad no pude leerlo en el momento que imaginé… lo he leído ahora y me pregunto si el ambiente, tiempo y espacio en el que me encuentro me hace tener una perspectiva en particular…
    Me gustó, me hizo ir y venir, estar en la historia por un momento… hasta llegue a considerar estar en un juego de roles… el final es inesperado cual acto que se acaba porque uno acaba y el otro apenas empieza, lo que desvanece la pasión del encuentro fortuito…
    Dibujaste al final una sonrisa en mi, pero me quede a medio suspiro… En este mundo del microondas sigo siendo de resistencia jajaja.
    Recibe un saludo!

    • De vez en cuando hacen falta suspiros. Completos. De fondo. Y los finales inesperados los matan. De vez en cuando así es la vida… Pero como este blog no es la vida. Prometo escribir pronto algo que no sea para cortar inspiraciones.
      Gracias por el momento, por la oportunidad. Por el tiempo. Y por darte una vuelta por este mundito mío.
      Un fuerte abrazo

  4. Bonita historia m encanto,solo q muy triste al final.. ): pero m encanto, la letra,las palabras qt hacen imaginarte la escenas y transporan a ella como so se viviera en carne propia, muy bien Cohen es excelente, mis respetos para usted espero pronto leer otra d esas historias pero con un final feliz! Salu2…

  5. Oleadas de deseo impregnadas en un aparato. Caminos sinuosos de la mente y del cuerpo. Sin meta segura o conocida. Sólo la sensación y las palabras al oído para explotar al mismo tiempo. Y al final, aterrizar al piso, abandonar la cálida humedad en otro lado, lejano, para dar paso a la realidad dura y fría. Extraordinario: Felicidades. Soy tu fan.

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  8. acabas de describir de manera perfecta uno de los momentos eróticos q todos en algún momento hemos vivido y disfrutado … exquisita armonía en todo el relato, exacto, preciso

  9. Talvez sea a destiempo, pero no puedo dejar de comentar sobre lo sugerente de las imagenes de este post, tan tuyo.
    Para mi, una de las partes que más me atraen de otro ser humano son las manos y verlas aqui, de protagonistas, independientes, decidiendo qué hacer, qué decir, qué tocar y tu y tu racionalidad convertidos en puros espectadores…
    Inspiras, no hay duda….

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  12. En mi simple opinión, explota eroticamente y sin medida se entregan y transmiten esa necesidad total de dos cuerpos sedientos uno del otro, legos muy lejos de identificarse en alma (me atrevo a decir eran solo sus locas ganas, sin la intención de amar).
    Hasta cierto punto me gusto la frialdad
    romantica, pero bueno, lo confieso, me gustaria leer algo así de erótico en un habiente amoroso. Gracias.

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  14. hola..no critico tu sintáxis..tu semántica..tu calidad expresiva..ni tus recursos metafóricos etc..porque , solo soy una lectora que ignora demasiado. Pero si puedo hablarte desde la percepción y aqui encuentro este vacio que me produce la lectura del relato. Los dos que he leido. No queda nada en mi…es un vacio que produce la fantasia ideal de tus palabras.

  15. ………y así la lujuria de imaginarte , estar en tu cuerpo es perder el aliento……..
    awwwrrrrrr simplemente me encantó!!!!!!!!!!! (( y no se porque no te pude dejar el comment desde http//:criscabreraa/blogspot.com o @criscabreraa buuaa))

  16. Me encanto… Cada párrafo me hizo sentir Natalia a pesar de no tener 50, la fuerza y éxtasis de tus letras, hacen que vivas cada estrofa Felicidades!!

  17. no soy yo muy de blogs, pero he llegado aqui a través de http://satamalive.blogspot.com.es/2011/01/por-que-escriben-algunos.html
    y este texto me ha recordado a algo que yo también escribí un día, una especie de sueño-anhelo erótico. Esto, sumado a que me ha pasado también algo parecido a lo del café…. demasiadas coincidencias! Siempre me pregunto si debería hacerme un blog… y me digo «preferiría no hacérmelo». Pero creo que me acabas de animar!!! gracias!! Y empezaré a leerte!!

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