Como cada día, desperté con un café en vaso de vidrio. Como cada miércoles, desperté leyendo a Elvira Lindo en su columna de El país.
En esta ocasión llamó mi atención particularmente su título: El entrevistado. Lo primero que hice al terminar de leer dicho artículo fue buscar el video del que hablaba en Youtube. Como la primera vez perdí detalle, fui por unos audífonos para escuchar con más claridad. Sí, por supuesto me impactaron las declaraciones. Escuchar que los gobiernos no son los que regulan las cosas, sino Goldman Sachs, no puede ser sino impactante. Escuchar que los mercados se van a colapsar y que si alguien espera que las cosas mejoren lo único que va a descubrir es que eso no va a pasar una vez que es demasiado tarde es, como dice la entrevistadora de la BBC, para dejar a todos con la mandíbula caída. Sí.
Sin embargo, Elvira Lindo presenta un análisis distinto en su texto. Un análisis que me deja pensando en el nuevo periodismo viral. En la nueva forma de campaña, de mercadotecnia, de información. Las intenciones del “tiburón financiero” pueden ser infinitas, podemos adivinarlas, especular sobre ellas, pero nunca sabremos realmente lo que este tipo quería conseguir.
Lo que sabemos es que definitivamente tener cientos de miles de clics en Youtube consiguen algo, que no nos quepa duda.
¿Cómo se utiliza? ¿Para qué se utiliza? Lo vamos descubriendo día a día. La efectividad de los resultados, la vamos descubriendo a cada minutos. Lo que es claro es que poco a poco nos vamos convirtiendo en víctimas no solo de una nueva economía, sino de nuevos métodos de información que cambiarán nuestros hábitos por completo, nos guste o no. Nuestras mentes están siendo dirigidas por una novedosa forma de publicidad. Una frase, un tuit. Nos puede cambiar la forma de ver las cosas. Un video de Youtube puede hacer que alguien decida cambiar su voto en un minuto, o que vaya corriendo al banco a sacar su dinero.
Claro, esto ya sucedía con la televisión, con el radio, con los periódicos. Pero la inmediatez es la diferencia. La difusión masiva.
¿Cuánta gente lee un tuit? ¿Cuánta gente busca recomendaciones de noticias por perfectos desconocidos en Twitter?
Vivimos en un nuevo mundo. Cuantificable. Y estas nuevas mediciones nos llevarán a la nueva ola de la información.
Y como dice el tipo en el video. ¡Hay que estar preparados! Estas situaciones, financieras e informáticas surgirán. En qué posición nos tomen es nuestra propia responsabilidad.
primera reflexión….. http://krugman.blogs.nytimes.com/2011/09/24/solving-the-financial-crisis/?smid=tw-NytimesKrugman&seid=auto
¡Maraviloso! jajaja…
Solución lista.
Gracias por compartir el link. Es buenísimo
ni vampiro ni genio….no dice nada que no se sepa desde hace meses. Ahora que, pensando en cómo se mueve la información y a la velocidad a la que se mueve, la gran mayoría sufre de TMISyndrome (too much information). Finalmente los analistas, economistas, brokers, inversionistas son (somos) los que seguimos de cerca esta parte de la información. Es responsabilidad de cada quien perderse entre tanta y tanta noticia diaria o seguir de cerca (y tomar precauciones) las noticias que hablan de lo que nos puede afectar en el corto y mediano plazo. No es Goldman Sachs. Es un gobierno irresponsable el que está generando una crisis europea con consecuencias globales y un pueblo acostumbrado a no pagar ni impuesto predial y generar una déficit fiscal de 190% del PIB. (o un número parecido).
De acuerdo. Completamente, sin embargo, el fenómeno mediático de una noticia que únicamente se hubiese visto en Inglaterra dando vueltas por todo el mundo es algo que nunca antes se había visto.
Además…
Independientemente del punto de vista de un trader o de un economista o inversionista, la economía global está dando un giro completo; y, al parecer, cada vez sabemos menos hacia dónde van las cosas.
Y la inmediatez de ciertos medios de comunicación como lo dice Elvira en su artículo tal vez no sea nueva información financiera, sino periodística, ¿no crees?
Ahí es donde no estoy de acuerdo con ella….en realidad ese video no es inmediatez del todo o para todos. Muchos tal vez se enteraron al ver ese análisis, pero hace mucho que otros lo vienen diciendo y pocos lo escucharon atentamente. Es más bien que la inmediatez genera mucha información de muchos temas al mismo tiempo y es complicado separar lo verídico, lo importante. Es un reto para todos, incluyendo periodistas, moverse a la misma velocidad de la información sin perder detalle….
OK. Ahora sí me diste un punto de vista distinto. Me gusta. Resulta que la información que parece novedosa no lo es tanto. Más bien es novedosa para los que, como yo, no estamos enterados del tema.
Sin embargo, también planteas un nuevo análisis con respecto a la inmediatez de la información, nos volvemos locos al escuchar, nos volvemos locos al leer, nos volvemos locos de tanta y tanta información (TMISyndrome), sobre todo cuando de una u otra forma amenaza directamente a nuestra estabilidad económica. Nos volvemos locos cuando algo se vuelve viral simplemente porque no sabemos. ¿Cierto?
Ahora viene la segunda pregunta: sin importar cómo solucionarías el problema económico mundial (definitivamente lo dejamos, por ahora, a los gobiernos), ¿cómo solucionarías la carencia de filtros entre la información y las masas?
Eso depende del criterio de cada persona….ayer me llama mi hermano para preguntarme si sabía qué pasaba en el AICM. Me dijo que una amiga le acababa de decir que los vuelos se suspendieron porque había noticia de un atentado en EU. Lo primero que hice fue buscar en la prensa (escrita vía electrónica), veirifcar cuantas de tuiter creíbles (periodistas). Lo que encontré: un corto circuito en México. Yo fuí responsable al no difundir una información que más bien resultó un rumor sin fundamento (y me tomó menos de 5 minutos). Ella fue irresponsable al difundir una información que no corroboró. Los filtros los buscamos nosotros mismos. En una era digital que se caracteriza por la velocidad de la información, debemos ser responsables y tener claro que lo mismo llegan verdades, mentiras, rumores, fantasías y hasta cuentos chinos.