SUEÑOS


Mientras me deslizo hacia el estupor de mi inconsciente, te deslizas suavemente hasta llegar a mi más profundo círculo interior. Una vez ahí, te doy la bienvenida, entre la luz convertida en misterio y la llama de nuestros deseos fundidos. Reconozco tus ojos, tu boca y tu sonrisa perfecta. Reconozco tu cuerpo desconocido y la sensación de su presencia. Hablamos sin palabras, comunicamos todo aquello que queremos decirnos, todo aquello que queremos sentirnos.

Un abrazo. Mis labios rozan suavemente tu cuello. El acertijo de un delirio en gestación. Tu aroma. Cuerpos de luz. Nuestras bocas se confunden emanando secretos ancestrales, somos lenguas, vivas, libres, absolutamente independientes. Nos enredamos convirtiendo en fuego la saliva, siendo de humo nos perdemos en caricias, siendo de humo logro sentir la suavidad de tu espalda, de tu pecho contra el mío, tus pezones duros como imanes acercándome hacia ti. Somos dos lenguas que al besarse encuentran la verdad. Mis labios se mimetizan con tu pecho y gimes casi en silencio mezclando los sentidos, al escucharte logro conocer tu sabor, al probarte distingo el tacto de tu piel. Mi cuerpo reacciona ante el tuyo. Lo sientes. Pones una pausa cuando estoy a un milímetro de penetrarte, casi con violencia etérea me detienes en la puerta de tus labios. Me adviertes de tu perfección, del riesgo brutal de viajar por tu humedad; sin embargo, muy despacio me vas llevando a tu interior. Conforme siento a tus paredes cobijarme voy iniciando en una nueva dimensión. Pierdo la razón en el sinsentido de mi más profunda inconsciencia, conozco lo más íntimo de mí al penetrarte. Tus suspiros, casi gritos abarcan cada rincón de mi ser, más allá de la excitación, más allá de la locura. No sé qué siento, nada tiene nombre, la textura de tu abundante humedad consigue evaporarme para poder acariciarte desde dentro. La furia de sentirme de ti, parte de ti, complemento absurdo de tu interior perfecto. La furia de querer llegar más profundo, de sentir tu excitación hecha ilusión, el poder de tus gemidos, el poder de cada parte de tu imagen.

Al tiempo de penetrarte beso tus labios, siento tu espalda con mis manos, tus muslos, tus piernas al aprisionarme en tu esplendor. Al tiempo de penetrarte nuestro sudor se vuelve vino. Nuestra razón se vuelve incienso. Gritamos. Soñamos. Decidimos. El peligro se convierte en un motor. Me tienes, ¿te das cuenta? Más allá de lo aparentemente real soy de ti. Muerdo tus labios, bebo tu lengua. Muevo mi pelvis para intentar llegar a ti, partirte en dos y devorarte justo como estoy siendo devorado. ¡Tu aliento! ¡Tus gritos! ¡Mis gritos! Mi lengua recorre tu cuello, tu boca, tu cara. Tu lengua desesperada me seduce. Una vez más. Siempre, nunca, pasado y presente. Todo es un instante. Todo es nuestro instante.

Ambos sabemos lo que sigue, el ritual. Tus gemidos se agudizan, tu respiración se vuelve inconstante, hasta que descubro que la contienes. Contienes ese grito final. En silencio me ruegas que te espere. Espero conteniendo también el aire hasta sentir finalmente ese grito liberador, las contracciones de tu ser invitándome con más fuerza a perderme en ti. Grito. Exploto.

Dentro de ti me convierto en huella, viajo por los sueños y por las historias, por un nosotros y por un elevado estado de ti, por esa gran jerarquía celestial en la que ahora, por un momento, me permites habitar. Te lleno de mí, me vuelvo de ti.

Me convierto en aire y te abrazo completa, sin dejar de tocar una sola parte de ti. Respiras y me llevas a tu sangre. Esfera por esfera vamos conociendo los niveles de los sueños, de la mano, sin soltarnos. Tu sonrisa. Tu ridícula belleza absoluta. El peligro de invitarme, de compartir la fuente del éxtasis definitivo. Del divino orgasmo que compenetra al tiempo y al espacio.

Mientras me deslizo al exterior de mi inconsciente, sé que vivo ahora también en tu mente. Que nunca volveremos a ser los mismos. Sé que en medio de cualquier realidad que visitemos, habitaremos juntos. Sé que a pesar de la consciencia los sueños nunca serán solo sueños.

1 comentario en “SUEÑOS

Deja un comentario