Caminabas por la playa: tu cuerpo, tu piel, tu cintura, mi deseo, mi egoísmo. La ilusión de desvestir esos detalles de color adornando tu cuerpo. Caminabas por la playa, suave. Elegante. Decidida. Flotabas en la arena. Deslizabas tu belleza por la luz de mi ansiedad. Yo era solo un crucigrama que te admiraba a lo lejos, imaginando, viviendo, bebiendo de tu aroma. Invocando a los recuerdos no existentes, a la imaginación y las pasiones, invocando a un mundo extraño que solo existe en tu sonrisa. Un mundo que comienza en la frontera de tus labios y se mueve por tu sangre hasta llegar a tu erotismo.
Un mundo que me pertenecía por completo en aquel instante, el mundo de tu saliva compartida con mi lengua, de tu lengua teniendo sexo con la mía, abrazándose, las lenguas como cuerpos besándose, soñándose. Mi lengua te penetra, te transforma, nuestras lenguas se funden en gemidos. Mis manos ya se aferran con pasión a tu cintura. Me sientes. Te siento. Tus hombros son la casa de mis labios. De ahí viajan a tu escote. La playa es tuya, el sudor es tuyo. Tu sudor es mío cuando busco tus pezones, cuando muerdo suavemente su dureza. El calor es tuyo. La paciencia ha sido mía.
Ya no caminas en la playa, tu espalda se desliza por la arena. Mi cuerpo se desliza entre tus piernas. Te penetro. Te confundo con mi aliento. Te descubro siendo mía. Eres mía y te respiro. Te bebo de nuevo. Te beso de nuevo. Me bebes. Me respiras. Me das entrada a ti abierta por completo. Aprietas mi cadera contra ti, como intentando tenerme más dentro. Gimes, suspiras, dejas a tu lengua en libertad para viajar por mi cuello.
Despiertas un orgasmo que provoca el mío, me adhiero a tus labios mientras exploto dentro de ti, mientras lleno de mi tu interior, dejo mi vida completa dentro de ti en un instante. Tu orgasmo se repite. Yo sigo dentro de ti. Te beso. No paro de besarte. Te sueño mientras te tengo entre mis brazos.
Y de pronto el aire me despierta. Y vuelvo a verte a lo lejos, con los ojos cerrados por las gafas, con los hombros libres y el vientre escondido. Te veo a lo lejos, sola, caminando por la playa.
Me recuesto en la arena a soñar, sonrío al despertar sudando el sexo de la imaginación de la fantasía y mirar a un joven junto a mi. Su mirada en segundos magicos de complicidad.
Fue lindo, murmure al alejarme en la playa. Feliz 2012
Maravilloso!!! Amo lo que escribes!!!