Es viernes. Y los viernes son de surrealismo. Los viernes incluyen vino, café y locura. Es viernes. Y me encierro en una lata de Cocacola Light para leer. Es más fácil leer desde dentro de una lata. Vale la pena intentarlo. Lo único de lo que hay que cuidarse es del motor de tu reloj, el ruido puede llegar a ser sumamente molesto y escandaloso. Por lo demás, leer dentro de una lata resulta conveniente. La frescura y el brillo, lo metálico del sonido.

Lo importante es leer.

Y desde dentro de la lata de Coca de dieta me resulta más fácil escribir tuits, o posts, o platicar de lo que me sucede o me llama la atención.

Hoy me puse a escribir una historia en tiempo real en Twitter. Fue un ejercicio divertido. Además, he intentado desequilibrar a un enemigo inexistente atrincherándome en una lata para escribir a gusto. ¿O para leer? Las latas son una buena trinchera Sobre todo las latas de Cocacola Light, porque me gusta su diseño. El resto son libros.

Estoy a punto de empezar un libro nuevo. No sé si comenzar con el nuevo de Banana Yoshimoto o con el ganador del Pulitzer 2011 en ficción. De cualquier forma, escribiré pronto sobre los dos. A ver si los encuentro en mi lata de refresco.

La Cocacola tiene magia. Las latas tienen magia. Y los libros más.

Encontré un cortometraje de animación (más bien me lo recomendaron) llamado 35mm. Les dejo el link a ver cuántas películas encuentran. Prometo decir cuántas encontré yo a quien me diga cuántas encontró.

En fin. Es viernes. Y el viernes es de surrealismo. Me acordé del surrealismo, ¿Alguien encuentra en el corto Un perro andaluz?

Mientras tanto me encierro en una lata de refresco, las cuevas están pasadas ya de moda e intento concentrarme en un mundo infinito concentrado entre locura y ansiedad.

El domingo corro el TuneUp de Banamex (26k). ¿Alguien va?