Urbanas emociones. Caminos escondidos entre la belleza y el frío. Entre aquel paisaje y el concreto. Caminos escondidos. Es por eso que damos vida a los colores. Damos vida a la vida de la imagen. Damos vida con palabras a aquello ya descrito. Y esa incoherencia determina nuestra posición en el planeta Tierra.
Humanos de carne y hueso, cubiertos de tela que crean en colores. Humanos que caminan para contar historias. Para inventar dioses y demonios, para buscar en que creer y terminar cubriéndose del frío. Humanos que no pueden igualar su propio paso al caminar. Humanos que sustituyen a una estirpe de ángeles caídos.
Pero caminan. Visten. Lucen. Huelen. Fuman. Ríen. Urbanas emociones. Caminos escondidos por andar. Luces en el frío. Consecuencias. Relaciones. Vida y muerte. Enemigos. Asesinos. Infieles y cupidos. Todos juntos caminando. En el alma de una ciudad que avanza a pie. Una ciudad en la que el sol besa cuidadosamente al frío.
Una ciudad en la que el arte y la moda saben coexistir.
Pregunta: ¿consideras que la moda es arte?
La moda es una forma de expresión, adoptarla nos ayuda a visualizarnos y a que nos visualicen de una cierta forma. El efecto aveces no es el deseado y al expresar despertamos emociones, sensaciones, correspondencias, rechazo… Toda expresión es arte.
Sí, la moda es un referente que enmarca el arte.
«La moda no es un arte, pero para dedicarse a ella hay que ser un artista”. Yves Saint-Laurent