Así se cumple (o se va cumpliendo) el día dos. Avanzando rumbo a la meta, soñando con princesas, indagando en una colosal indiferencia por los distintos rumbos del destino. Así se va cumpliendo el segundo día, entre metafísicas experiencias y extraordinarias decepciones. Los dinosaurios y sistemas tradicionales siguen llevando la delantera en el esquema actual de nuestra humanidad: de pronto nos asomamos en aquello que parece ser independiente al mainstream. Nos enfocamos en aquellos que quieren hacer las cosas diferentes, creemos por segundos. Creemos. Vemos y soñamos que por primera vez en nuestra vida alguien quiere hacer algo distinto por el arte, por cambiar las cosas. Creemos. ¡Y auch! Lo mismo de siempre. Pero el proyecto sigue tomando forma, el día poco a poco se va alcanzando. Seguramente usted se preguntará (si es que llega hasta el lejanísimo espacio de estas letras) el día dos de qué. La respuesta es simple: el día dos en camino hacia el gran evento. El día dos de un cambio que comienza con un libro y termina con una forma de pensar. El segundo día. Punto. Poco a poco irá tomando nombre, abriendo su puerta para dejar entrar una pequeñísima raya de luz. Para dejar atrás las decepciones y los dolores, el sistema que sigue siendo doloroso y excluyente. Ese sistema ancestral y rudimentario que hace de lado a la verdad. Sin decir más o menos, sigo. Explicando, diciendo, soñando. Revelando un poco más de lo que irá pasando. El día dos. ¿Te interesa saber cuántos días serán?

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