Cuando corro despierta una parte distinta de mí. Comienzo a encontrar un balance entre el flujo de entrada y el flujo de salida de mi pensamiento. Tan extraño como parece, pero así es. Comienzo a recordar, a elaborar un trabajo de análisis completo de un tema. Pero al mismo tiempo me dedico a deliberar del mismo. Análisis y síntesis a la vez. Cuando corro dejo fluir a la parte de mi cerebro a la que nunca hago caso. Es más, ni siquiera sé cómo acceder a ella cuando no estoy sudando y respirando fuerte en medio de la carrera diaria.
Corro porque doy una válvula de escape a mi irritabilidad y estrés. Corro para dejar todo atrás por un tiempo. Si el ser humano utiliza el recurso de la carrera para alcanzar más rápido algo que lo llena de emoción o para salir corriendo de algo que es potencialmente peligroso, entonces yo puedo correr para intentar dejar a un lado mis frustraciones. Primitivamente. Humanamente.
Entonces me doy cuenta que estoy a solas conmigo. Y es ahí cuando puedo aprovechar para hacer otro tipo de cosas: idear el hilo de un poema, la trama de un cuento, de una novela. La nueva sección de la próxima revista. Estoy a solas conmigo para escuchar de principio a fin un disco nuevo.
Luego viene la otra parte, la del reto. La lucha conmigo mismo, el hacer más. El ganarme. Ponerme pruebas y superarlas. El terminar un entrenamiento diciendo ¡no que no!
Sudar. Ganar al sol cada mañana. Sentir los músculos de mi cuerpo trabajando. Sentir el oxígeno dar vida a mi cerebro. Sentir que mi sangre se mueve, se limpia, que mi corazón trabaja. Que yo trabajo. Que estoy vivo. ¡Corro para sentirme vivo!
Y de ahí, regreso a empezar otro día. Satisfecho y fuerte. En algún momento tengo que poner en práctica todo ese análisis mezclado con síntesis, ¿no es así?
Pero por supuesto, no sin antes tomarme un café. Sin ese café todo lo anterior parece no terminar de procesarse.
¿Tú corres?
Yo hago bici, en ocasiones con el mismo efecto. Beso
Tengo que hacerte una pregunta??? Como le hiciste para meterte en mi mente y despues poner en palabras lo que yo llevaba intentando procesar todos estos años (bueno, todos estos kilometros)? Si, si corro y cuando la vida se pone tonta y enreda mi cotidianidad, corro como opcion: solecito en fuga! Gracias por tu texto (ah, y si, cafe necesario antes y despues). Un abrazo
Cierto, correr es una forma de lidiar con la vida. Gracias por terminar leyendo por aquí…
Espero que te guste el resto.
Pero lo más importante es que estamos en contacto.
¡Un súper abrazo!
PD
Se te extrañó en el sope hoy en la mañana…
Creo que usted, también como corredor, está en otro nivel…
Yo corro y todavía lucho contra mi propio cuerpo, con el dolor que se presenta por aquí y por alla, me concentro en manejar la respiración, en anular a esa parte de mi que quiere parar y volver a casa a meterse en la cama.
Si, la música que suena en mis oidos capta algo de mi atención y me motiva o me distrae y me permite desconectarme de la distancia recorrida, a veces.
Pero soy incapaz de pensar en nada más que lo que mi cuerpo está sintiendo en ese momento, en el placer de respirar el aire frío, en llegar al tope de la peor subida del recorrido, en ir un poco más rápido al final en un pique que te hace sentir ganador.
De pronto me distraigo en algun par de ojos bajo un gorro que se cruzan en mi camino, miradas cómplicas llenas de sudor y endorfinas.
Creo que mi correr es bastante más básico que el suyo, es más de instinto y sensaciones. Aunque al final los dos, todos, corramos para sentirnos vivos…