Encontrarme con el alma derrotada, con la luz perdida en su propio equilibrio. Encontrarme aquí. Y de pronto no saber qué hacer. ¡Qué digo! Nunca sé qué hacer. Por lo tanto, escribo. Con razón o sin razón para hacerlo, con algo o nada qué decir. Me transporto a lugares en los que nunca he estado o en los que, simplemente, ya no estoy. Viajo, a veces sin alas, muchas veces con el pecho por el suelo y la tierra persiguiendo a mis entrañas. Viajo, a veces volando.
Encontrarme con el alma a media luz, en un tenue amanecer de tanto olvido. En un tenue amanecer de aquel olvido que nunca llegará. Dolor. A veces momentos. A veces presencia. Encontrarme, de pronto, con tantas ganas de vivir. Hoy nada es diferente: el vacío no crece. Nunca ha muerto. A pesar de ser de muerte. Hoy nada es diferente. Pero tuve que escribir. Porque sí. Porque empecé. Porque amanecí, sin querer, con el alma derrotada. Con un destello de luz perdida en un equilibrio artificial. En un laberinto de seda. En una locura despiadada.
Una sonrisa y un suspiro. Un clavado en la memoria. Y en la tumba de la memoria, en el lado oscuro. Para ver de nuevo el brillo. Vivo con los ojos llenos de paciencia. De paciencia de saber que no sé nada. Paciencia de saber que habrá años que no llegan, que el tiempo no logra todo. Vivo con la sonrisa que me da la paciencia. La paciencia de estar vivo.
Luego, cerrar los ojos, respirar profundamente, dejar por un instante todo atrás y regresar con una sonrisa a mis zapatos. Adelante y sin excusas. ¡A vivir!
Es usted increíble. Un abrazote y besazos!
He subrayado con resaltador mental algunas frases de este post que merecen ser memorizadas. Es mi homenaje a su homenaje de los que ya no están.
Que preciosas palabras para los que ya no estan !!!!!
Te admiro !!!!!
Me dejas completamente conmovida…amoroso homenaje.
Ella, esa vida que fue sigue en ti y permanecerá. Va y viene en presente.
Te abrazo muy fuerte, muy…
p.d. ella, la mía siempre será marea de danzón y crisantemos.