La realidad es un concepto ambiguo.
El sexo es un concepto ambiguo.
Paradójicamente el sexo siempre es real.
El principio de la meditación es la ambigüedad de la realidad.
Paradójicamente el principio de la realidad es evitar la ambigüedad.
Principio conocido: El ser humano está donde su pensamiento está.
El ser humano, al ser un animal pensante, piensa en sexo.
La soledad es asfixiante.
La soledad es un concepto ambiguo.
El sexo cura de forma ilusoria la soledad.
Al existir distintas realidades, la soledad es una opción.
El tiempo es un concepto relativo.
El espacio es un concepto relativo.
La voluntad es un concepto binario.
La meditación es un acto de voluntad.
Paradójicamente la meditación utiliza tiempo y espacio.
La presencia está atada a la realidad al igual que la ausencia.
Al ser ambigua la realidad, la presencia y la ausencia son ficticias.
Sólo existe una verdad.
La realidad no puede ser la Verdad.
La presencia y la ausencia no son Verdad.
La Verdad es frágil y está directamente atada a la voluntad.
El pensamiento nos debe guiar a la Verdad.
La realidad y la Verdad buscarán en algún momento intersectar.
El sexo es Verdad a pesar de ser ambiguo.
La imaginación es la base del universo humano.
El ser humano vive de su propia imaginación.
La imaginación guía al pensamiento y el pensamiento crea la realidad.
Mientras toda una sucesión de conceptos creadores de universos toma lugar, tú duermes.
Al tú dormir no hay realidad, no hay sexo, no hay imaginación, no hay tiempo, espacio ni pensamiento dirigido.
Mientras duermes hay Verdad. Y hay ausencia.