He hablado muchas veces del delirio. Y hoy es viernes. He hablado un poco de dada y un poco del surrealismo. Y hoy sigue siendo viernes. He hablado de dejar mis manos escribir, utilizando mi firma con mi plena autorización sin consultar con mi cerebro. ¡Y ya es viernes!
Así que un día quise escribir poesía disfrazado de soñador. Ni soñé ni escribí poesía. Comenzaba a ponerme nervioso. Y me di cuenta que los fines de semana justamente servían para no ponerme nervioso, así que opté por relajarme, y en el trillado intento de ser mejor persona, terminé escribiendo algo similar a poesía. Pero en jeroglíficos extraños. Comencé a preguntarme de qué planeta precisamente vengo. No hubo respuesta.
De pronto llegó el viernes como agregado cultural a mi hermosa vida de fin de semana a punto de nacer y me invitó a tomar un café. Esto sólo tiene unos segundos de haber parecido, Viernes es un buen tipo, bien parecido y un poco pretensioso, sabe mucho de literatura y de política, aunque descansa los fines de semana. Y me dijo, oye, Cohen, ¿por qué no haces algo diferente en este blog para los fines de semana? Me pareció una buena idea, y dije, está bien, ¿cómo qué? No lo sé, algo más corto, me dijo. Y aquí estoy poniendo como límite una cuartilla relajada a mi publicación de hoy y presentando mi nuevo proyecto al cual podrás tener acceso desde aquí, sobre todo, los viernes y tal vez, los miércoles. Voy a dejar un link secreto pronto.
Mientras tanto, seguiré hablando con Viernes, ya vamos en la segunda copa de vino. Les deseo un fin de semana lleno de Surrealismo artificial.
HOY COMENCÉ DE NUEVO A CORRER
CARRERA: Media hora
NOVELA: 250 palabras
POESÍA: Sí
YOGA: Help!!! No estoy pudiendo… ¡Ayuda!
MEDITACIÓN: 20 minutos
IMAGEN: Enfoque. Surrealismo artificial. Locura digital y luz.
CONSEJO: Nadar. Solo eso. Nadar.