LA CARTA

Las cartas son siempre portadoras de tremenda intimidad. Guardan secretos y misterios: generalmente no pretenden ser autoexplicativas, el remitente debe suponer que el destinatario sabe de qué habla, no algún entrometido que la intercepte en el camino.
Me topé con esta carta. Y siendo yo el entrometido, no me termina de quedar claro quién puede ser ella…

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