TOLERANCIA VERSIÓN XXI

Muchas veces he pensado que me gustaría conocer más a mi enemigo. Saber más de él, entender mejor sus estrategias. Muchas veces he pensado que al menos me gustaría saber quién es en verdad mi enemigo. Sería bonito pensar que no tengo enemigos, pero también sería estúpidamente ingenuo.

Hoy me topé con una suástica. Mal pintada. En una pared por la que somos pocos los judíos que pasamos diario. Definitivamente no tenía una connotación amigable. Muchas veces he pensado en lo mucho que me gustaría saber quién es mi enemigo y por qué es mi enemigo.

Me entristece el odio y me encabrona la cobardía. En el siglo veintiuno deberíamos de saber más, de ser más conscientes, de entender y tolerar. Pero no, simplemente nos encontramos con más hipocresía y más cobardía. Con más gente que odia, pero no lo dice en voz alta para no ser criticados. Claro que están los que odian y matan abiertamente, en nombre de una causa. Esos mismos que ponen en peligro y en la mira de la humanidad a la gente de su raza. Equivocadamente. Aquellos que hacen que la ignorancia cobre fuerza. Jodido. Sigue siendo cobardía. ¿Los que odian sabrán por qué odian? ¿Entenderán realmente por qué son enemigos de sus enemigos? En las noticias, Francia. Y después, en México, una suástica con dedicatoria. Nada nuevo, odio viejo. ¿Y todo lo que sabemos hoy? ¿Y todo ese conocimiento accesible?

Muchas veces he pensado que conocer a mi enemigo me ayudaría a entender y a aclarar. Que seguramente saber quiénes son me ayudaría a que fueran menos. Más conocimiento, más tolerancia. Debería ser más sencillo.

Pero con lo que nos topamos es con otra historia. Con silencio. Cobardía y escenarios de odio.

¿Tú haces algo por promover la tolerancia?

VERSIÓN GIBSON MACABEO

20110913-010943.jpgDisfruté de esta entrevista (The Atlantic) que hace Jeffrey Goldberg a Mel Gibson. Me encanta la falsedad, me encanta el humor negro, me encanta el sarcasmo de ambos haciendo su hisitoria de odio. Goldberg no duda siquiera por un instante del móvil escondido de Gibson para hacer su película de los macabeos. Pero al final cierra con un mensaje: hay cosas más importantes para las organizaciones judías del mundo que andar preocupándose por Mel Gibson.
Historias de guerra, de héroes, demonios y nostalgia. Fe. Traición y guerra. Historias de quienes luchan por sobrevivir. Historias de aquellos que luchan por destruir, triste mecánica humana. Dividir horizontes para divulgar odio por medio de la fama. Triste mecánica.
Yo no me creo la versión de Gibson en la entervista, ¿alguien sí?