El valor de las palabras lo podemos encontrar en la piel. El corazón de las palabras se llama poesía, porque llega directo, porque no necesita tantos filtros para entrar. El valor de la palabras se siente en la piel.
Yo me he preguntado muchas veces a través de los años por qué escribo. Y también me he preguntado para qué. Nunca he sabido responder ninguna de las dos, y de pronto me da igual. Algunas veces escribo porque quiero decir algo, otras porque quiero decirme algo.
Para mí la poesía es el porqué que no conozco. La causa no causada. El principio de todas las cosas. Para mí la poesía es el golpe de voz y el golpe de imagen. La poesía entre por los ojos y vibra en toda la piel. Nos acompaña en el alma y en la mente.
Y una de las cosas que amo de la era digital es la capacidad de transmitir poesía, de hacer posible el resurgimiento de las letras. Del corazón de las palabras.
Me gustaría compartir las siguientes imágenes, todas las fotografías las tomé y las manipulé con un iPhone. También todas las publiqué en Twitter esta mañana. Y no sé si lo había dicho ya o no, pero yo creo que la poesía es la madre de la estética.
Y poder comunicar a través de instrumentos digitales me parece uno de los mayores avances en la historia digital. Así que les dejo mis viejas (nuevas) páginas de libros: citas que hoy podrían llamarse tuits. La nostalgia de cada una es solo un efecto.
Poesías, casi cuadros. Entran por los ojos, se sienten en la piel. Tu iphone es solo un instrumento, el genio eres tu.
Gracias por presentarnos a tus autores. Favoritos, asumo.
Somos poesía. Sí, son algunos de mis favoritos… aunque no cabrían todos… Un beso
«Algunas veces escribo porque quiero decir algo, otras porque quiero decirme algo». ¿Hay alguna otra razón? Y a veces ocurre que lo que escribimos el lector lo percibe en otras formas, en otras ideas… y así se va convirtiendo en aire. Es escepcional, ¿no crees?
Original trabajo, me ha gustado mucho. Gracais
Bienvenido a este blog. Espero que nos veamos muy seguido por aquí.
Gracias por compartir.
Un abrazo