La poesía es esa brújula que te lleva de la mano a lo incierto. Pero en esa puerta encontramos un destello de las sensaciones más profundas. La poesía es la puerta. La puerta que lleva a todas y a ninguna parte. Es la mala del cuento, la buena. La intuición y la infidelidad. La poesía te guía al más fiel de los instintos.
Y sin quererlo, nos encontramos. Desnudos. Completos. Cubiertos de aquella ternura que no escapa del delirio. Cubiertos de aquella locura que no escapa de lo dulce. Cubiertos de sudor y de saliva. De humedad y de gemidos. Cubiertos de aliento y de alaridos potenciales.
Es la brújula que te lleva a los estados más profundos de cualquier meditación. Se escribe. Pero se respira. Se vive. Pero se transpira. Es la canción del espejo. Es tu propia mano entre tus piernas. Lo prohibido y lo fugaz. Lo permanente. Sin quererlo, la poesía se convierte en madrugada.
Nos amamos. No nos conocemos aún, pero nos amamos. La poesía es romance. Política y vino. La poesía se lee con la piel. Nos amamos y nos olvidamos de repente. Olvidamos la mera existencia de nuestro frenesí. La poesía nos lleva, nos contrae y nos absuelve. Dice Octavio Paz: copia de la copia de la Idea. Es la copia de la copia de la Idea. El ensimismado crucigrama de lo humano. El tímido suspiro que se esconde en el cajón.
Es lo que le falta a cierta prosa. Aquello que define al arte. Lo que convierte en arte el perderme entre tus piernas, lo que vuelve arte nuestros besos. La poesía es los besos, es tu cuerpo desnudo frente a mí, sobre mí.
La poesía es ver tu rostro de placer al penetrarte, al tener mis manos en tu piel. La poesía es lo que gritas en el orgasmo, lo que ves y lo que hueles. La poesía es el olor a sexo y a sudor. Es gritarnos y mordernos. Es antes. Es después.
Surrealismo y no te pierdo. Surrealismo y somos otros. Surrealismo y nos perdemos. La poesía es surrealismo y es pasión. Y una vez que toca lo sublime del placer es la pasión. Lo que nos lleva a actuar, a controlar, a ser controlados, a evadir y a confrontar. Es aquello que sin duda nos llevará a gritar. A procrastinar. A vivir sin medias tintas.
La poesía es la única herramienta capaz de cambiar al mundo.
Es hermoso lo que escribes, me encanta!!!