El primer minuto te invento, dibujo tu cuerpo en mi mente. El primer minuto no existes. Te imagino desnuda.
Al siguiente minuto encuentro tu imagen. Perfecta. Decisiva. Buscando llegar hacia mí. Es el segundo momento y te encuentro. Sé tu nombre.
Al tercer minuto busco tus labios, te beso a escondidas, a la distancia. En medio del delirio te beso.
Al cuarto minuto mis labios buscan tus pezones. No hay distancia, no hay espacio. Somos uno. Cuerpos fundidos. Sudor que inicia. Al cuarto minuto comienza la humedad.
El quinto minuto da pie a tu nombre y mis jadeos. Tus gemidos. En cinco minutos somos uno, perdemos entre lunas y aliento el pudor. Encontramos nuestra furia.
El sexto minuto te penetro. Me hundes en ti, tus manos se aferran a mis hombros. El sexto minuto es del placer.
Y en el séptimo minuto eres sonrisa, eres luna naciente y digo «Hola» al verte entrar por mi puerta.
Tan solo no existir, en un lapso tan breve, maravillosos siete minutos de insospechada existencia.
Definitivo me ha gustado.
Siete minutos magiicos!!! Yo quiero empezar con siete minutos!!!
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¡Este es buenísimo!
¡Gracias! ¿Qué te parece que mañana (domingo) escriba uno llamado cinco minutos?