PROFESIONALES DE LA INFORMACIÓN

En su columna de hoy en El país, Elvira Lindo habla de la diferencia entre el periodismo y la comunicación. De la diferencia entre profesionales y diletantes. Habla también de lo que llaman el fin del periodismo.

Compara a los lectores de periódicos con lectores de Facebook y usuarios de Twitter. No habla de papel o formatos digitales, habla de periodismo y comunicación: de aquellos que aman leer los periódicos (tanto como para leer varios al día) contra aquellos que están conectados todo el tiempo y piensan, por eso que están a la vanguardia de la información. Y no (como lo dice ella).

Luego habla de la medicina tradicional y la medicina alternativa como analogía a la situación actual del periodismo. Dice que el periodismo “se acaba”. Yo creo que el periodismo reinicia.

He hablado hasta el cansancio en este blog y en otras publicaciones acerca de la mediocridad de la comunicación en la era digital, de la sobre oferta de información y la cantidad de mierda que abunda en el infinito universo de la red. He hablado mucho de la necesidad de los profesionales y he aconsejado no dejar a un lado a los medios tradicionales o clásicos.

Para mí lo más importante es la calidad, en el arte, en la comunicación, en el oficio. El periodismo se convierte en la historia, en la voz de nuestra era. El periodismo es quien dirá mañana quiénes éramos hoy. Y para eso se necesitan voces de verdad y no peleles. Por eso la vanguardia de la información la siguen llevando las grandes plumas, son y serán quienes hablen por nosotros.

Y para eso hay que hacer otra comparativa que falta en la columna: profesionales contra diletantes. Sí, pero no profesionales del impreso contra diletantes de la digital. Eso es una comparativa coja. Profesionales contra profesionales y diletantes contra diletantes. No podemos comparar lo peor de un mundo contra lo mejor de otro. Eso nos deja tuertos.

Seguramente Elvira Lindo no ha leído los periódicos en México para darse cuenta de lo que hacen los “profesionales” en el periodismo. Razón por la que muchos apreciamos las nuevas tendencias de la información. Aquellos lectores empecinados que damos oportunidad a nuevas plumas.

Los que no creemos que el periodismo esté llegando a su fin, sino que creemos que acaba de llegar a un nuevo comienzo. Un nuevo comienzo que también incluye a profesionales.

 

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¿VAMPIRO FINANCIERO O GENIO MEDIÁTICO?

Como cada día, desperté con un café en vaso de vidrio. Como cada miércoles, desperté leyendo a Elvira Lindo en su columna de El país.

En esta ocasión llamó mi atención particularmente su título: El entrevistado. Lo primero que hice al terminar de leer dicho artículo fue buscar el video del que hablaba en Youtube. Como la primera vez perdí detalle, fui por unos audífonos para escuchar con más claridad. Sí, por supuesto me impactaron las declaraciones. Escuchar que los gobiernos no son los que regulan las cosas, sino Goldman Sachs, no puede ser sino impactante. Escuchar que los mercados se van a colapsar y que si alguien espera que las cosas mejoren lo único que va a descubrir es que eso no va a pasar una vez que es demasiado tarde es, como dice la entrevistadora de la BBC, para dejar a todos con la mandíbula caída. Sí.

Sin embargo, Elvira Lindo presenta un análisis distinto en su texto. Un análisis que me deja pensando en el nuevo periodismo viral. En la nueva forma de campaña, de mercadotecnia, de información. Las intenciones del “tiburón financiero” pueden ser infinitas, podemos adivinarlas, especular sobre ellas, pero nunca sabremos realmente lo que este tipo quería conseguir.

Lo que sabemos es que definitivamente tener cientos de miles de clics en Youtube consiguen algo, que no nos quepa duda.

¿Cómo se utiliza? ¿Para qué se utiliza? Lo vamos descubriendo día a día. La efectividad de los resultados, la vamos descubriendo a cada minutos. Lo que es claro es que poco a poco nos vamos convirtiendo en víctimas no solo de una nueva economía, sino de nuevos métodos de información que cambiarán nuestros hábitos por completo, nos guste o no. Nuestras mentes están siendo dirigidas por una novedosa forma de publicidad. Una frase, un tuit. Nos puede cambiar la forma de ver las cosas. Un video de Youtube puede hacer que alguien decida cambiar su voto en un minuto, o que vaya corriendo al banco a sacar su dinero.

Claro, esto ya sucedía con la televisión, con el radio, con los periódicos. Pero la inmediatez es la diferencia. La difusión masiva.

¿Cuánta gente lee un tuit? ¿Cuánta gente busca recomendaciones de noticias por perfectos desconocidos en Twitter?

Vivimos en un nuevo mundo. Cuantificable. Y estas nuevas mediciones nos llevarán a la nueva ola de la información.

Y como dice el tipo en el video. ¡Hay que estar preparados! Estas situaciones, financieras e informáticas surgirán. En qué posición nos tomen es nuestra propia responsabilidad.