De nuevo. Encontrando en el primer cuadro del día un escrupuloso delirio que me lleva a escribir. Luego el café. Y de ahí la música. Todo esto acompañado de algunas poesías y revistas abiertas (digitales, por supuesto). Un artículo por aquí, un poema por allá, otro café. Xiayin Wang no deja de tocar el piano. Disfruto mi momento, ese que no comparto, disfruto de los sueños que dejé de soñar en la madrugada.
Lo importante no es solo sentir, sino desear. Disfruto del deseo, de la posibilidad del placer. Y todo, mientras escucho un poco de música un sábado por la mañana. Rodeado de letras y un par de tazas de café,
¿Qué más puedes pedir para un amanecer? ¿Hay alguna mejor forma de aprovechar el tiempo con uno mismo? Mañana me toca correr antes del ritual, tal vez en vez del ritual dando pie a uno distinto. Hoy, es solo esto. Y no quiero nada más.
¿Cómo es la mañana para ti?