PAUSAS EN LAS SENSACIONES

De pronto parece que el tiempo de las letras termina. Escasea como la pasión a la luz de la rutina. El tiempo de las letras escapa repentinamente dispuesto a resucitar en algún momento, cuando las hojas de los árboles tengan otra tinta, cuando el recuerdo del sonido sea solo música.

Parece sin querer que la música termina. Pero no hemos llegado hasta el silencio. Las figuras serán colores y las personas planetas. Los sueños libertad y la inocencia llegará sin sacrificio.

¡Alto! Una dictatorial pausa detiene emoción y sensaciones. El tiempo de las letras. Un tiempo de las letras. Pasión, erotismo y crucigrama detenidos. Metamorfosis endiablada que me llena de locura. Algunas veces hace falta escapar. Salir corriendo sin detenerse hasta caer rendido o muerto. Hasta morir o revivir con otro aliento. Correr a mitad de la pausa. Que es lo mismo que detenerse cuando el mundo corre despiadadamente, cuando el vertiginoso ritmo del sexo y la cultura se distraen en un aire de ilusión.

De pronto el tiempo aparente de las letras hace un alto. Y descubro que en las letras no hay tiempo. Yo me fui. Los colores y las notas quedan tras de mí. Volveré siendo de tinta.

MINUTOS ANTES DE VOLVERME LOCO

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Tardé pocos minutos en volverme loco en los minutos siguientes a conocerte. Primero vino. Luego palabras. Después colores. Después la memoria de tu sudor amenazante, desafiante. La insistencia de tu perfecta presencia junto a mí. Luego fueron tus labios y su roce con los míos. Luego tu pecho despertando mi erección en un abrazo. Luego tus gemidos sintiendo esa erección. Lo siguiente fue el calor que desprendían nuestros pechos al fundirse en un solo sudor. Tardé pocos minutos en volverme loco antes de conocerte. Antes de tenerte y saber que no existías. Que nunca has existido para mí.

El resto es la memoria y su inmediata distorsión de mis sentidos.

CINCO MINUTOS

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No tardé más de un minuto en inventarte por primera vez. Tu imagen. Tu sonrisa.
Al segundo minuto te pensé a mi lado. Te convertiste en tinta. En palabras dibujando tu cuerpo.
Habían pasado tres minutos cuando mi cuerpo diagnosticaba mi deseo. Eras tú aquel fuego.
Sin darte cuenta, a los cuatro minutos me confesaste tu humedad.
Cinco minutos y dije hola, con mi lengua ya perdida entre tus piernas.
La distancia. Y yo tengo.

UNA CIUDAD A MEDIA TARDE

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Una ciudad a media tarde. Revolcándose por aquello que ve y por aquello que siente, una ciudad que sabe todo, que se burla de aquellos que la intentan seducir con idioteces. Una ciudad que no cree en política, ni en fantasmas, una ciudad que entiende de laberintos y de muerte. Entiende de mentiras y de escándalos. Una ciudad que hierve y grita, que suda y ruega. Que nos habita, y que nos sonríe condescendientemente. Hipnotizada, ensimismada, liberada. Una ciudad de rodillas esperando algún amanecer que finalmente la bese.

Nuestra ciudad y nuestra mente. Somos seres inmersos en destinos y horizontes, en planetas y en hechizos. Nos revolcamos de dolor sin ir al cielo. Nos buscamos el infierno en las preguntas. Somos de ciudad y de destino. De horizonte mal venido y paraísos infiltrados. Nuestra ciudad llena de infiernos y aspirantes. De soledad y de guaridas. Ciudad de sexo, vida y sangre. De colores. Aromas. Melodías.

Una ciudad a media tarde que nos mira.

DE COLOR ARTIFICIAL

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Un regalo de luz escondida. Noche mezclada con paciencia. Colores enredados en un planeta que revive y sueña. Vuela bajo. Y sueña alto. Una ciudad que tiene noche como práctica. Crucigramas. Laberintos. Mundos en el mundo. Debilitados por la luna, por una oscuridad tan adornada como las mentiras. Tan perfumada como la muerte. Una ciudad vencida para demostrad que todavía puede bailar. Ese juego entre paciencia y egoísmo.
Besos en el laberinto. Espacios ocupados. Tonadas pasadas de moda que nos hacen creer en el ruido. Que nos hacen soportar la melancolía. Besos en un oscuro laberinto cubierto de paciencia y de color artificial.
¿Hay alguien en casa?

¿CÓMO EMPIEZA TU SÁBADO?

De nuevo. Encontrando en el primer cuadro del día un escrupuloso delirio que me lleva a escribir. Luego el café. Y de ahí la música. Todo esto acompañado de algunas poesías y revistas abiertas (digitales, por supuesto). Un artículo por aquí, un poema por allá, otro café. Xiayin Wang no deja de tocar el piano. Disfruto mi momento, ese que no comparto, disfruto de los sueños que dejé de soñar en la madrugada.

Lo importante no es solo sentir, sino desear. Disfruto del deseo, de la posibilidad del placer. Y todo, mientras escucho un poco de música un sábado por la mañana. Rodeado de letras y un par de tazas de café,

¿Qué más puedes pedir para un amanecer? ¿Hay alguna mejor forma de aprovechar el tiempo con uno mismo? Mañana me toca correr antes del ritual, tal vez en vez del ritual dando pie a uno distinto. Hoy, es solo esto. Y no quiero nada más.

¿Cómo es la mañana para ti?

VIERNES SEXUAL E IRREVERENTE

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Hoy no amanecí en serio. Desperté riéndome de mí mismo. Disfrutando de lo que pocas veces se disfruta. Del “noséqué”. Si buscas un post serio, este no es el día indicado. Amanecí divertido de cabeza. Extraordinaria forma de ver la poesía. De colores. Sacando a pasear un poco la locura. Recordando que las letras son para vivir, para soñar a veces. Para sentir, siempre. Las letras son nuestras. Y no siempre son solemnes. Hoy, aquí, no.

El viernes es más relajado que otros días. ¡Porque es viernes! Porque se acaba la semana como se conoce para la mayoría de la gente. Sin embargo, el viernes por la mañana, todavía guarda un poco de ansiedad, lo que resta al día para terminar. Las horas finales antes del alcohol, o de una fiesta, reunión; Familia. Casa. Amigos. Placer. Hijos. Viajes. Excursiones. Exploraciones. Dormir. Correr. Despertar. Beber. Drogarse. Crudear. Pasear al perro. Caminar en el bosque. Amanecer en otra cama. Subirse a la bici. Desayunar donde te gusta.

Pero todavía no llega ese momento. Todavía no es de noche. Sobran horas de viernes. Horas hábiles, como se conocen en algunas partes.

¿Qué se hace en esos casos?

– Mantén la calma. No desesperes.

– Busca alguien con quien puedas planear lo que harás terminando el día laboral.

– Busca a alguien con quien nunca hayas tenido sexo para ir a un Motel a la hora de la comida.

– Pide un tequila y dos cervezas a la hora de la comida.

– Lee un libro en la computadora para que nadie note que lo estás haciendo.

– Lee blogs.

– Lee comics.

– Lee las partes divertidas de los periódicos (si todavía quedan de esas).

– Busca buenas fotos de gente cachonda entre tus amigos de Facebook.

– Búrlate en Twitter de los candidatos presidenciales.

– Ponte a trabajar como para olvidar que tiene que terminar el día.

– Lee Humedad de J. Cohen y dile a alguien que la lea (a veces sirve, ¿eh?)

Ahora bien, me queda muy claro que muchas de las personas que leen aquí son personas serias a quienes desborda la cantidad de trabajo y nunca pierden el tiempo. Personas importantes con vidas cuadradas. Está bien, la mayoría de los puntos anteriores no aplican para ustedes. Lo siento. La gente importante hace cosas importantes. Pero eso sí, ¡todos pensamos en sexo! Así que en vez de un tequila y dos cervezas, pide una copa de buen vino, luego otra, y luego otra. Deja a tu mente volar un poco. Imagina aquello que te da placer y búscalo.

Lee un poco. Sueña un poco. Haz trabajar a tu fantasía un poco. O mucho.

¡Y síguela!

Inténtalo, la cachondería es una buena puerta de entrada.

Hoy es viernes de HUMEDAD. Si no has leído la de la semana pasada, sugiero que lo hagas, y que sutilmente la recomiendes a esa persona con la que sueñas. Quién sabe, tal vez despierte algo.

La sensualidad nos da la llave para abrir muchas puertas, usémosla. Y qué mejor que el viernes que de por sí andamos relajados.

¿Nos compartes tus ideas?

MUY TEMPRANO

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Me gusta madrugar porque entiendo de silencio. Porque ese momento que precede al día me hace sentir paz. Antes del ruido de la ciudad, la ciudad me pertenece: vulnerable discreta. El amanecer es como la primera noche de una cortesana. Tímida, inquieta, sutil y sensual.
El amanecer es mi refugio y la casa de mis letras. Sueño, pero ya despierto. Vibro, pero ya con alas. Siento, pero dando vida a la poesía.
Me gusta madrugar porque todo lo decimos en baja, nos hablamos en voz baja, pensamos en voz baja. Me gusta leer muy temprano para aprovechar esa voz callada y dejar entrar a la voz de los libros.
Y también me gusta que sea la hora de irme a correr.

¿Tú madrugas?

ENTRE TÚ Y YO

Si llegaste hasta aquí es porque seguramente lees blogs. O porque te gusta el erotismo y alguien te dijo que aquí encontrarías algo de eso. Si llegaste hasta aquí tienes algún tipo de relación con la poesía, o con el mundo digital. O conmigo, tal vez nos conocemos hace mucho, o hace muy poco, da igual. Si llegaste hasta aquí, también pudo haber sido por Twitter, o Facebook.

Aquí estás. Leyendo unas palabras, regalándome un poco de tu tiempo para ver qué diré. Si escribo algo nuevo o algo cachondo. Si es que más adelante encontrarás algo de peso en este post, algo que puedas recomendar, o contar, o compartir. Tal vez algo que te haga mentarme la madre y decidir dejar de seguirme.

Pero aquí estamos, en este momento tú y yo, en medio de la democratización de las letras, gracias a la democratización de las letras. Buscando conocernos más íntimamente. Aquí estamos solo dos. Nadie lee más que tú. Y yo. Soy un lector más una vez que escribo, comparto todo. Contigo.

Lo único que sé de blogs lo aprendí leyendo blogs. Y escribiendo blogs, casi diario por años.

Lo único que sé de literatura lo sé porque he leído libros. Y porque tengo más de un millón de palabras escritas.

Lo único que sé de ti es que estás leyendo este blog.

 

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