FICCIÓN EN TIEMPO REAL

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Tiempo real. Inmediatez en una historia. Ficción que deja de ejercer su papel casi instantáneamente para convertirse en verdad a medias. La maravilla y el delirio de la velocidad. De las letras que se transportan de la mente a miles de ojos en menos de un segundo. Otra época de la comunicación. Otra época de la literatura. Otra época para la crítica, para el arte, para la pornografía, para las relaciones, para las virtuales, para las reales, para las caseras, para las profesionales, para las producciones, para las contribuciones, para la música, para el diseño, para las noticas, para la ciencia, para la filosofía, para los descubrimientos, para los inventos, para los placeres, para las religiones, para las instituciones, para las asimilaciones, para las informaciones, para las desinformaciones, para la nostalgia para la ilusión. Para las matemáticas y su inteligencia en multiplicidad.

¿Qué pasó con Alejandra? La encontró la policía pensando que era Vanessa por los documentos falsos, de ahí fue en busca de Alejandra que era Vanessa y acababa de matar a Alfredo. Vanessa llegó a la jefatura y con sus huellas digitales notaron que no era Alejandra, pero fue encarcelada por homicidio. Y Alejandra, con una nueva identidad escapó del país para continuar siendo espía.

O algo así. O todo eso. No importa. Lo importante fueron los segundos en los que alguien leía. Cada uno de los tuits que contenían un pedazo de historia. Algo similar a las novelas por entregas en revistas o manuscritos, pero en exprés. Todo volando. Las partes volando. Solo son segundos lo que cabe en 140 caracteres. La gente tarda un segundo en leer. Y en un par de horas ya son decenas y decenas de entregas. Con capacidad de cambio, de improvisación. De insinuación. Y de comunicación entre lector y escritor.

Publiqué mi primera novela en 2001, en la era del e-mail. Mi carrera literaria ya incluye críticas directas y casi inmediatas. Pero hoy todo es distinto, hoy puedo ir conociendo en tiempo real la reacción de uno o varios lectores.

Por lo tanto, es momento de pasar a otro nivel en la narrativa. ¿A cuál? No tengo idea. Pero disfruto mucho haciendo experimentos. Porque amo a la prosa. Porque amo a la poesía y a la ficción. Porque amo la oportunidad de descubrir mundos nuevos. Gracias a todos quienes me acompañaron esta mañana. Y a los que no, también.

Por si no conoce usted mi cuenta de Twitter, la dejo aquí: @JCOHEN77

SALVACIÓN, PODER, ABANDONO

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He intentado tanto escribir mi punto de vista de la poesía. He imaginado tantas veces que sé lo que es. He intentado leer poesía, vivir poesía, soñar poesía, he intentado consumir y crear poesía.

Para de pronto toparme con aburridos y pretenciosos artículos que presumen nombres de grandes poetas y frases sueltas, que recomiendan leer poesía para viajar por un hermoso parque de mil maravillas.

Hoy leí un encabronante artículo que aconseja leer poesía. Insoportablemente arrogante, salvajemente insoportable: aburrido y petulante. ¿Y aconseja leer poesía?

Estoy harto de las vacas sagradas en la cultura de este país, de los dizque intelectuales que no hacen sino hablar de lo mucho que saben o dicen que saben. Estoy aburrido de cultura para algunos, de conocimiento secuestrado, de mala calidad.

No puedo soportar alguien que hable de lo “rígido” de la prosa.

Hoy no puedo soportar a los secuestradores del arte. No puedo. Hoy no. El arte es para todos, las letras son para todos, la tecnología es para todos.

¡La poesía es para todos! Es alimento para la víscera, para viajar por infiernos y soñar con demonios. Es coger sin pretensiones. Llorar desconsoladamente. Discutir con el destino. Desafiar a la nostalgia. Revivir a la melancolía. Llorar. Llorar. Llorar. Sentir y sangrar. Emborracharse. Gritar.

No. La poesía en mi era no es buscar nombres extraños de autores decimonónicos. Octavio Paz describe en un par de páginas lo que es poesía. Sin demostrar lo mucho que sabía. ¡Y él sí sabía!

La poesía se siente en las venas y en la piel: en la humedad, las erecciones. En las vísceras y las ganas de gritar. En un orgasmo o en una campaña. La poesía se vive en ese país de nunca jamás.

¿La “buena poesía”? ¿Quién putas inventó ese término?

No voy a hablar más del tema ni diré de qué artículo estoy hablando porque no quiero hacer ningún tipo de publicidad.

Yo amo a la prosa, amo al lenguaje. Y amo, sobre todas las cosas, a mi comprensión de la poesía. No a lo que los demás piensen de ella. Por famosos o consagrados que sean. ¡Qué nadie se meta con mi amada prosa! ¡Qué nadie se meta con mi amada poesía! ¡Qué nadie se robe mis ojos!

Buenas noches.

ESCRIBO (11.11.11)

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Escribir por escribir. Dibujar un panorama incandescente que permita escapar a la luz. Escribir por escribir. Porque es un día sin nombre, porque soy su nombre y la pasión de su propio desayuno. Soy la cena de este día y la locura de su vino. Soy la noche cuando llueve.

Porque escribo. Porque nazco cuando muero y muero cuando duermo. Porque sueños en el sabor de la nostalgia. Porque regreso y me regreso del destino al alejarme. Soy yo porque sigo siendo. Desvestido. Escribiendo. Besando. Soñando con saliva. Viviendo en tu sudor. Te reconozco cuando escribo. Hemos hecho tantas veces el amor.

Es hoy con sentido. Sin sentido. El delirio y la nostalgia. Es hoy. Por la prosa. Y sigo sin comprender el mundo real. Sueño en tinta. Viajo en letras. Me escondo en humo y en líquido. Aire y agua. Fuego y fe.

Es hoy. Y nos sentimos.

Por todas aquellas veces en las que hemos hecho el amor. Somos uno.

SOÑÉ

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De pronto soñé. Fue en medio de una conversación telefónica que me imaginé a mediados del siglo XX. Con corbata y pañuelo, zapatos con mucho brillo y cigarro inevitable en la mano. Frente una máquina de escribir, listo para idear algo, para escribir mi columna de la semana, o para tirar al bote de basura una página más echada a perder. Tal vez una novela, quizá explorando el género de los detectives, o hablando del surrealismo, visto desde lejos, desde la trinchera de lo lejano, de lo deseado, de la maravilla de los sueños, del absurdo, de todo aquello que venía revolucionando al mundo del arte. O no.

Tal vez escribiría historias en las que mujeres hermosas buscaban el dinero y la fama, para terminar solas siendo amante del algún millonario neoyorquino que nunca reconoció haberla conocido, incluso a pesar de tener un hijo con ella.

Quizá buscaría la forma de pasar de casa en casa para regalar un poema a la persona que abriera la puerta, o los volaría por la puerta, tal vez pintaría con tinta en las mesas de los restaurantes. Soñé que escribía poemas con pluma fuente.

De pronto soñé. Hablaba por teléfono y soñé que compraba una imprenta. Mía, yo era el dueño de la imprenta, del diseño, de los textos, dueño absoluto de mi contenido y mi distribución, dueño absoluto de cada una de las recomendaciones y opiniones que nacían de mi tinta.

Me soñé frente a una pequeña rotativa, en mi oficina, con mi cámara fotográfica para hacer los negativos, para salir a la calle y tomar fotografías que adornen mi columna en mi revista. Me soñé en un escritorio inclinado con mis estilógrafos y mis tintas de colores. Me soñé en medio del olor a tinta y papel. Me soñé ensuciando mi corbata, bebiendo güisqui, fumando. Gritando. Sin prohibiciones, sin mayor pretensión que escribir en mi amada máquina de escribir.

Me soñé en lo mejor de mi época.

Y al regresar a la realidad, no pude sino sonreír. Intenté contar mi sueño pero ya no había nadie al otro lado del teléfono. Así que reí. Luego, a solas, solté una carcajada.

Hoy soy mi sueño. Gracias por leer de vez en cuando en este secreto espacio para gritar, soñar y hacer lo que me da la gana con las letras.

Gracias por darme vida en la era sociodigital.

SERES DE SEXO , TINTA Y PAPEL

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Noche silenciosa. Métodos oscuros del placer. Aquello que necesitamos para saber que estamos vivos. Todo eso que ubicamos en los sueños. Somos locos y nos perdemos en el mismo instinto. Somos lunas, fotografías escondidas de nuestros íntimos misterios. Somos letras noche y día.

Somos seres de sexo. Animales de perpetua inspiración. Almas y cerebros. Mentes y raíces. Somos todo aquello que pensamos, lo que pensamos y lo que dejamos de creer.

Somos bytes y cicatrices. Somos nuestros propios secretos guardados en una nube. La inmediatez de la poesía y del conocimiento. La facilidad de conocer, la maravilla del mundo de un curioso. Del mundo de aquellos que abren las puertas de su piel.

Noche silenciosa viajando en imágenes, en el mundo de la estética, de la moda y las encrucijadas, de la nueva dimensión del sexo y de la economía. Todo es ágil, versátil, dinámico. Todo está cambiando.

Y somos los primeros en vivirlo. Noche silenciosa, de fotografías llenas de desnudos, de desnudos con valor estético. De porno con valor artístico. De pop con valor siquiátrico. Vivimos en un mundo de depresiones y guerras.

De colapsos y sobrepoblación.

En un mundo que necesita poesía. Para vivir o para morir. Somos seres de sexo. Vivimos con el corazón a flor de piel.

Listos para enamorarnos y desenamorarnos. Para vivir lo desconocido y volvernos sensaciones de papel.

Somos seres de tinta y papel. De la metáfora de la tinta y el papel. Somos fotografías, estética y locura.

5, 4, 3, 2…

Esos son mis pies después de correr. Siento que hablan, parecen estar en un profundo estado meditativo, como cansados y no. Pidiendo tregua, pero a la vez satisfechos. Es más fácil complacer a un pie que a una persona. Seguro sí. Yo creo que me gustaría más ser un bloguero importante que un famoso director de cine en estos días. Pero me gusta Woody Allen, ¿qué le puedo hacer?

Pero bueno, me presento: J. Cohen @Pp_Co (alter ego: @JCOHEN77 o al revés), nada más. Éste es el primer día de mi nuevo proyecto, diario, blog, o cualquier nombre que pueda adoptar en el camino. Debo aceptarlo, no es mi primer intento como bloguero, así que no puedo presumir de ser particularmente nuevo en este intento; sin embargo, mi intención es definitivamente regresar a lo que significaba para mí bloguear hace ya más de cinco años. No sé, buscar imágenes, crear imágenes, escribir lo primero que me pasa por la mente y plasmar mi punto de vista de la vida. Mis pasiones. Mi forma de poner los puntos y las comas para que puedan hacer oraciones.

No aspiro a más.

La poesía aparecerá de vez en cuando, o el surrealismo, o la ficción. O nada de eso. La responsabilidad del contenido de mi blog es de quien lo lee. Yo sólo intentaré dejar de lado las pretensiones para poder hacer lo que más me gusta en la vida y de pronto me da de comer, escribir.

Aclaro que no soy parte de la comunidad literaria de mi país, ni de la comunidad intelectual, ni artística, ni mucho menos. No paseo por la colonia roma con sombrerito y lentes Ray Ban. Así que este no es particularmente un blog hipster o intelectualiterario. De vez en cuando aparecerán recomendaciones, sólo las haré porque es algo que particularmente encuentro orgásmico.

Advierto que mis temas son temporales y de moda, así durante los próximos días hablaré del maratón que correré en Noviembre, de mi intentó por comenzar haciendo yoga, de mi novela en progreso que no pienso compartir hasta que esté terminada.

El resto sólo será de historias, recomendaciones o sueños. Tiendo a ser fantasioso y surrealista.

Gracias por haber llegado hasta aquí en el texto.

AYER.

YOGA: 0

PALABRAS NOVELA: 200

CARRERA: No tocaba

CONSEJO: Consigan un iPhone o iPod y pónganse a usar Instagram

IMAGEN: Mis pies luego de correr 30K el domingo pasado.